Una tarde con sabor a hazaña, emoción contenida y ese perfume especial que tienen los partidos que marcan algo más que tres puntos.
El primer tiempo fue cerrado, con Central buscando el rumbo. Holan armó un equipo inteligente, que no se desesperó, que supo cuándo acelerar y cuándo dormir la pelota. Lanús intentó, pero sin claridad, y apenas pudo inquietar a Broun con un remate cruzado de Esquivel. Del otro lado, Véliz y Lovera amenazaban con diagonales punzantes, y el Fideo empezaba a soltarse, ovacionado en cada toque por una tribuna visitante totalmente desbordada.
La llave del partido llegó a los 29 del segundo tiempo, cuando Duarte fue tocado en el área tras una combinación con Copetti. Andrés Merlo no dudó y marcó penal, mientras que el capitán granate, Carlos Izquierdoz, vio la roja por protestar. El “Fideo” tomó la pelota, miró al arquero, respiró profundo y la clavó junto al palo para el gol y el delirio canalla. Segundo gol consecutivo para el 11, que lo celebró con los brazos abiertos y la mirada al cielo.
A partir del gol, Central manejó el cierre del partido con autoridad. Incluso tuvo alguna chance más para liquidarlo. Lanús, en cambio, se desdibujó. Central recibe a San Martín de San Juan el próximo fin de semana por la 3er fecha en el Gigante de Arroyito. Con Fideo encendido, Véliz recuperando su mejor versión, y un grupo que parece muy enfocado, los de Holan se perfilan como protagonistas firmes del Clausura.