En diálogo con 11Noticias, Daniel Bianchi, músico y corista de la banda nos cuenta que “algunas canciones ya han sido adoptadas por el público que nos sigue, y están pasando a formar parte importante de nuestros shows en vivo, ya que la gente las pide y quiere escuchar. Estamos muy conformes con el resultado de nuestro nuevo material que, pandemia mediante, fuimos terminando en condiciones que no fueron las ideales”.

Es un trabajo que está editado de manera digital en todas las plataformas disponibles, como Spotify, iTunes o TIDAL. Pronto saldrá un álbum físico con ilustraciones de todas las canciones y códigos QR para acceder a la música.

Canticuenticos es un grupo musical santafecino que a través de sus canciones para niñas y niños lograron generar un espacio para compartir en familia y brindarles una herramienta pedagógica a los docentes de todo el país.

Buscan acercarle a la niñez un patrimonio cultural propio, con tonada provinciana y canciones con ritmo folklórico nacional y latinoamericano. En los fundamentos originales del grupo se propusieron generar canciones que sean capaces de abrir puertas para pensar, imaginar y preguntar.

Con el paso del tiempo se ha ido logrando, a tal punto que en Neuquén se conoció un caso de abuso por la canción “Hay secretos”. Una niña de 7 años conoció la canción a través de su profesor de música, cuando la cantó en su casa su hermana contó el abuso que sufrió por parte de un vecino. Luego de eso, se conocieron dos casos más de abusos en el mismo barrio.

El grupo musical se formó en el 2007 y está integrado por Ruth Hillar (voz, flauta y acordeón), Daniela Ranallo (voz), Laura Ibáñez (voz), Gonzalo Carmelé (bajo y coros), Daniel Bianchi (guitarra, charango, cuatro venezolano y coros), Nahuel Ramayo (batería, percusión y coros) y Sebastián Cúneo (producción, iluminación, fotografía y video). También forman parte del mismo Cintia Bertolino (voz invitada y asistencia de puesta en escena), Gastón Menguez (guitarrista invitado), Darío Zini (asistencia de escenario, aerófonos, charango y percusión) y Javier Escandell (sonido).



“El grupo comenzó cuando se conocieron Ruth y Daniela. Fue en un taller de composición de canciones al que ellas asistían, y en el que decidieron reunirse a hacer las prácticas que este taller proponía” plantea Daniel.

Para luego agregar que “Por afinidad, decidieron componer sobre temáticas infantiles, creando un grupo de canciones que, al ser grabadas, formaron parte del primer disco del grupo, que se llamó “Canticuenticos Embrujados”. Para tocar esas canciones se formó el grupo, que ya lleva 11 años de trabajo”.

Luego del primer material discográfico comenzó a crecer el éxito en todo el país, “no era algo que nos planteamos al comienzo. Lo único que queríamos era aportar al cancionero para los niños una música cuidada, respetuosa, y auténtica. Todo lo demás fue pasando a medida que esa idea inicial era compartida por nosotros mismos. Cada uno fue poniendo lo mejor de sí para que las canciones sonaran de la mejor manera y lleguen a la mayor cantidad de niños posible. Todo lo demás es añadido” reflexiona Bianchi.

Además de contar con discos y libros, la banda tiene su canal de YouTube que cuenta con más de 400 mil seguidores, donde se pueden disfrutar videos animados con sus canciones, “nosotros pensamos nuestra propuesta dirigida a las familias. Queremos que nuestra música sirva para romper las barreras intergeneracionales y ayuda a que niños y adultos puedan jugar, divertirse, cantar, reflexionar, compartir. En ese sentido, y por las devoluciones que recibimos a diario, ese objetivo creemos que se está cumpliendo y eso nos llena de orgullo y satisfacción” reflexiona el músico.

Al ser consultado sobre el uso que les dan los docentes a sus canciones, Daniel plantea que “creemos fervientemente en el arte como formador de personas sensibles, y el espacio que ocupa en la educación nunca es suficiente. También creemos que el arte no debe estar al servicio de la enseñanza de contenidos, sino que debe tener vida propia, una finalidad en sí mismo, una propuesta genuina”.

Añadiendo que “sabemos que muchos docentes usaron y usan nuestras canciones a diario en sus escuelas, y les agradecemos porque dejan que nuestra música entre a la casa de las familias”.

Luego de un tiempo sin shows presenciales por la pandemia, pero en un espacio donde tuvieron contacto con sus seguidores a través de las redes sociales, los espectáculos están regresando de a poco y con todos los protocolos necesarios, “ya tocamos en nuestra ciudad en la inauguración de un espacio público al aire libre, hicimos nuestra primera incursión en Buenos Aires de la postpandemia, y fueron conciertos muy especiales, llenos de una energía increíble, ya que nos volvimos a conectar entre nosotros y con el público que nos sigue, y todos nos sentíamos con la necesidad de ese encuentro” reflexiona Bianchi.

Para finalizar, lo consultamos sobre las clases virtuales, donde plantea que “nos obligaron a pensar la escuela de una manera distinta, que a pesar de que no es nueva, nos sorprendió a docentes, alumnos y familias, obligándonos a replantear el vínculo entre los personajes involucrados y su relación con el conocimiento. De golpe, el living de las casas se transformó en aula, con todo lo que esto implica. Hubo muchas cosas positivas y otras que desnudaron la falta de recursos para el acceso a una conexión a internet, que por estos tiempos es casi una necesidad básica”.

Por: Adrian Valeiro