A la Copa de Leche “Sol” de Barrio Quinta de Capitán Bermúdez se le está haciendo cada vez más difícil poder ayudar a los niños de la barriada de la zona sudoeste de Capitán Bermúdez. El problema es el abastecimiento de agua en el barrio, que al ser un sistema precario, no tiene la capacidad para poder abastecer a todos los domicilios.

Eva Albonoz, la dueña de la casa donde funciona el voluntariado, contó a 11Noticias la situación por la que están atravesando. “No tenemos agua. Sacamos de un caño -que es de media pulgada- y a cada vecino le va saliendo menos hasta que al último no le llega nada”, dijo la mujer. “Me parece que voy a tener que cerrar la Copa de Leche porque no se puede hacer la comida. Sin agua ni siquiera tenemos para asearnos nosotros”, dijo al tiempo que se preguntó “por la pandemia que tenemos que lavarnos las manos, ¿cómo hacemos?”

El merendero, ubicado en calle Pellegrini 310 bis, ya tiene más de 6 años de trabajo allí y en la actualidad cocinan una vez por semana para 109 chicos del barrio en el cual viven unas 60 familias, la mayoría muy numerosas y en condiciones precarias. “Este es un asentamiento, hay familias que se mudan y vienen otras”, detalló Eva.


Los caños que llevan agua a gran parte de las familias del barrio

“Ya fui a la municipalidad y me dijeron que tenía que hablar con uno, después con otro. Me preguntaron si es de Aguas Santafesinas pero yo no sé, ya estoy cansada de reclamar”, agregó. El problema lo tienen “desde siempre”, dijo, y además contó que para poder tener agua, tiene que cargar baldes en la casa de una vecina y de esta forma llenar una olla de 50 litros para tener agua para uso personal y de la Copa de Leche. “Nosotros también somos humanos y queremos vivir bien”, sentenció.

Sin embargo, el problema de la falta de agua no es el único en el barrio. El poco saneamiento ambiental que hay en la zona es otro de los reclamos que marcaron los vecinos y pudo comprobar este medio en la recorrida por el lugar. “Tenemos problema con la basura acumulada y con el zanjón que va paralelo a calle Pellegrini. Es muy profundo hace algunos días se cayó un nene que estaba andando en bicicleta”, expresó la colaboradora del merendero. El pequeño tiene 5 años y, según contó su mamá, no es la primera vez que un chico se cae dentro del canal.


Canal de desagüe pluvial a cielo abierto que va paralelo a calle Pellegrini

“Trae mucha mugre y muchos bichos. Además es impresionante la cantidad de mosquitos que salen de ahí, no se puede estar y también es un peligro por el tema del dengue”, expresó la madre mientras que Carlos, otro vecino, sentenció: “para la municipalidad parece como si esto no fuese Bermúdez”.

“Parecería que los niños de Barrio Quinta no tienen derecho a jugar en la vereda y tienen que salir a la calle por donde pasan los camiones de la empresa aceitera -que se encuentra casi sobre la colectora de la autopista- ¿vamos a esperar a que pase algo malo?”, reflexionó Eva.

Otro de los inconvenientes son los microbasurales que se producen a la vera de la traza. En muchos casos, generados por los mismos vecinos ya que no tienen contenedores ni volquetes disponibles para desechar sus residuos correctamente.


Basurales a cielo abierto generados por la falta de contenedores

Por último, destacaron la falta de iluminación nocturna. “La calle durante la noche está totalmente oscura desde la cancha del Club Barrio Quinta en adelante hacia el lado de la autopista. Quienes tienen que salir tienen que pasar por toda esa oscuridad, es un peligro”, detalló la referente de la copa de leche.

“Hemos presentado reclamos escritos a la municipalidad por la luz y por el zanjón desde el 2018, pero no tuvimos respuesta”, contó Eva quien detalló que más allá de eso el municipio si colabora con la provisión de alimentos para que pueda funcionar el comedor comunitario.

Foto de portada: Eva Albornoz, referente de la Copa de Leche (izquierda), olla de 50 litros que utiliza como reservorio de agua para uso personal y del voluntariado (derecha)